Negras son las alas

¿Y quién dijo que las alas significan libertad? El vuelo también puede representar al miedo, la huida, la búsqueda de un lugar tranquilo.
Bandadas de alas negras vuelan sobre la ciudad, y yo en el asfalto viéndolas revolotear, viendo los apresurados pasos de los viandantes. Llueve y nadie quiere estar en la calle de repente, las tiendas se llenan aún más de gente resguardándose esperando a que la tormenta pase. Y yo sigo en el asfalto, viendo como los limpiaparabrisas extienden películas finas de agua sobre las lunas de los coches, empapado hasta los huesos, viendo como hasta las alas negras se dispersan para buscar un campanario, un resguardo bajo las tejas salientes de los edificios, un balcón cubierto.
Las luces de las farolas se encienden y las gotas dispersan su luz. Todo está tan en calma, tan en orden... y yo cierro los ojos y grito al viento todo lo que jamás fui capaz de expulsar y el viento se lleva mi grito y me dice que olvide y que vuelva más tarde, que no es él quien detiene la lluvia ni devuelve la luz a la tierra.

Sirena de agua dulce, quién cogiera tu sonrisa, quién supiera de dónde vienes y a dónde vas. Representas lo que no está a mi alcance, mis suspiros y mis inquietudes nocturnas, mis anhelos y mi búsqueda. Sirena de agua dulce, quién te tuviera al alcance de la mano, quién pudiera ser tu náufrago perdido

Paseos a la luz de la ciudad de la mano de la soledad que te llevan a un acantilado. Imágenes de oscuridad en el mar que te alejan de la barandilla. En silencio uno aprende a escucharse y si se esfuerza intenta ser escuchado.
Aquí no hay nada para ti, te dice tu propia sombra, grande, imponente sobre el mar, alcanzando la boya más cercana.
Tu mente está en mil partes y en ninguna. Tu corazón, dando vueltas por la tierra.
Ella está sola, tú no quieres molestar.
Ella acompañada, no tienes nada que hacer.
¿Y ella? Ella no sabes dónde está, ni qué hace ni cómo es ahora.
Y ELLA no está en este mundo, está en aquel lugar donde las almas toman forma y buscan un cuerpo que ocupar, donde los encuentros fortuitos se gestan para dar forma al futuro. Mientras, el humo de tu boca se apaga al levantarte. Sí, hablo de ti, pero no, no soy feliz sabiendo que pude estar ahí y tocarte mi canción. Has vuelto a escribir sobre el revés de tu mano y las palmadas que no te dedicaron. Hay otros mundos pero yo quiero ver el tuyo.

Sabías lo que querías pero la falta del reflejo te lo impidió.
Sabías lo que querías pero la falta de actividad te lo impidió.
Sabías lo que querías pero el miedo a la pérdida te hizo soltar.
Sabías lo que querías pero la falta del reflejo te pudo.
Sabías lo que querías pero la inacción te pudo.
Sabías lo que querías pero el largo camino te pudo.
¿Y ahora? Ahora empiezas a vislumbrar qué es lo que quieres. Pero lo que quieres ya se marchó y no sabes acaso si volverá